La Meditación

El método de la meditación es aprender a permanecer en la quietud. Este proceso comienza con el cuerpo. En la tradición del yoga, un maestro competente te guía para mantener la cabeza, el cuello y el tronco erguidos mientras estás sentado en una postura meditativa (asana). Cuando aprendes a estar cómodo en esta postura, debes crear el hábito y practicarla a la misma hora y en el mismo lugar todos los días.

El objetivo de la meditación es ir más allá de nuestras mentes y experimentar nuestra naturaleza esencial: paz, felicidad y dicha. Pero cualquiera que haya intentado meditar sabe que la mente misma es el mayor obstáculo que nos separa de esta conciencia.

La mente es rebelde y se resiste a cualquier intento de disciplina o guía para seguir un camino determinado. La mente tiene su propia mente. Por esa razón, muchas personas se sientan a meditar y terminan experimentando fantasías, sueños o alucinaciones. No pueden alcanzar la quietud que distingue la experiencia genuina de meditación profunda.

Nos han enseñado cómo debemos comportarnos y movernos en el mundo exterior, pero nunca a cómo quedarnos quietos y examinar lo que hay dentro de nosotros. Cuando aprendemos a hacer esto con la meditación, alcanzamos la mayor de las alegrías que puede experimentar un ser humano. Todos los demás placeres del mundo son momentáneos, pero el gozo de la meditación es inmenso y eterno. Esta no es una exageración, es una verdad respaldada por varias generaciones de sabios, tanto por quienes renunciaron a lo mundano y alcanzaron la verdad, como por los que continuaron viviendo en el mundo pero sin verse afectados por él. 

La meditación es una manera práctica de tranquilizarte, liberarte de tus prejuicios y ver lo que es, abierta y claramente. Es una manera de entrenar la mente para que no te distraiga o te veas atrapado en su eterna agitación. La meditación te enseña a explorar sistemáticamente tus dimensiones internas. Es un sistema para el compromiso, no es un mandamiento. Te comprometes contigo mismo, con tu camino y con la meta del autoconocimiento. No obstante, aprender a estar en calma y quietud no debe convertirse en un ritual religioso o una ceremonia: es una necesidad universal para el cuerpo humano.

Ten paciencia y practica sistemáticamente. Cada acción es una reacción. Meditar siempre te traerá algún beneficio. Tal vez no lo veas enseguida, pero lenta y gradualmente estarás registrando samskaras (impresiones) en la mente inconsciente que te ayudarán más tarde. Si plantas hoy una semilla, no vas a cosechar la fruta mañana, pero en algún momento sí lo harás. Toma tiempo ver los resultados; sé amable contigo mismo.

Meditar significa comprender poco a poco todos los niveles de tu ser, un nivel después de otro. Sé honesto contigo mismo. Que no te importe lo que digan los demás sobre sus experiencias: tú mantén tu mente enfocada en la meta. Es tu propia mente la que no te permite meditar. Para trabajar con ella tienes que ser paciente, tendrás que hacerlo gradualmente. 

Los beneficios más importantes de la meditación aparecen con el tiempo. No irrumpen dramáticamente ni son fácilmente observables.

Al principio notarás algún progreso relacionado con la relajación física y la calma emocional. Luego, sentirás otros cambios más sutiles. Los beneficios más importantes de la meditación aparecen con el tiempo. No irrumpen dramáticamente ni son fácilmente observables. Continúa con tu práctica y encontrarás que la meditación es una forma de liberarte de las preocupaciones que te atormentan a diario. Serás libre para experimentar la dicha de estar plenamente en el presente, aquí y ahora.

By Swami Rama en YogaInternational

Un comentario sobre “La Meditación

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